El experto señala que, la madera, polipropileno y aluminio no garantizan el correcto resguardo de viviendas.
Asesor con certificación internacional habla de la afectación económica que representa la escasa información sobre la cultura de prevención.
Cancún, Quintana Roo. – Apenas transcurren los primeros días de marzo y el Ing. Fernando Loría, experto en materia de seguridad reconocido por la Asociación Internacional de Protección contra Huracanes (IHPA, por sus siglas en inglés) alertó a los ciudadanos quintanarroenses y hoteleros sobre la afectación económica que representa la falta de información sobre la cultura de prevención contra el impacto de huracanes en el estado.
Loría Fernández, aseguró que “muchas veces es el desconocimiento lo que nos lleva a tomar malas decisiones con respecto a la inversión que hacemos pensando en asegurar nuestras propiedades”, y es que, a lo largo de veinticinco años de trabajo e investigación el Ingeniero Loría se ha convertido en referente nacional en materia de seguridad y protección contra huracanes, por esta razón, ha tenido la oportunidad de colaborar como asesor en el desarrollo estructural de importantes complejos residenciales turísticos y hoteleros ubicados a lo largo de la Riviera Maya. El experto en el impacto de huracanes también fue testigo de la nula importancia que se le da a los efectos que ocasiona el clima en el estado de Quintana Roo lo que ha ocasionado importantes repercusiones económicas, como por ejemplo lo que le sucedió a un centro de hospedaje en Playa Mujeres, al que, de acuerdo con sus declaraciones, en días pasados acudió a realizar un dictamen de los daños estructurales que actualmente enfrenta debido a la mala decisión de invertir en ventanas de aluminio reforzadas que operaban con un motor que con solo presionar un botón podías hacerlas subir y bajar dependiendo la necesidad, y que en menos de dos años, las ventanas eléctricas contra huracanes que adquirieron dejaron de funcionar puesto que, debido a la cercanía con el mar, los motores se oxidaron, mientras que las lonas quedaron completamente inservibles ya que se resecaron y rasgaron pues al ser de polipropileno muy delgado no resistieron los constantes cambios de clima, “en este caso los hoteleros se dejaron llevar por la operatividad y estética, y subestimaron lo más importante que es la seguridad y la calidad”, apuntó Fernando Loría en su papel de asesor quien además agregó que los números presupuestados para resarcir los daños de este hotel rebasaban el cincuenta por ciento de la inversión total que hicieron al adquirir sus persianas eléctricas. Por decirlo de otro modo, si el hotel invirtió un millón de dólares por estas ventanas eléctricas, ahora tiene que gastar medio millón de dólares más solo para quitarlas y reparar algunos daños estructurales, esto, sin contar que todavía tienen que contemplar el gasto que implicará la adquisición del nuevo sistema de protección contra el impacto de huracanes.
Por otro lado, el Ingeniero Loría aprovechó la oportunidad para alertar a los ciudadanos sobre otros materiales como la madera que suele agotarse a pesar de que su costo se dispare ante la inminente llegada de un huracán cuya temporada oficial de inicio está estipulada en el primer día del mes de junio. El ingeniero, también compartió importantes datos sobre las lonas de polipropileno que no cuentan con la debida certificación internacional otorgada por el IHPA, una organización sin fines de lucro que une y representa a la industria de protección contra huracanes, establecida en el estado de Florida, “para que cumplan su funcione de proteger estas lonas deben cumplir ciertos estándares de calidad como el tipo de material adecuado para que resista los fuertes vientos y la exposición a la lluvia y el sol”, pero lo más importante, acotó, “es el sistema de anclaje que tenga”, indicó. Con respecto al anclaje, el experto en seguridad contra el impacto de huracanes agregó que solo existe un tipo de clip patentado con certificación internacional, así como un tipo de lona producida y tratada con una resina especial que utiliza la NASA para proteger sus naves espaciales de los rayos ultravioleta.